El pasado miércoles 29 de Abril del presente año, las indígenas Teresa González y Alberta Alcántara fueron liberadas del Centro de Readaptación Social femenil de San José El Alto en el estado de Querétaro. Ellas 2 fueron acusadas de querer secuestrar a los “mejores funcionarios públicos” del país, es decir los policías.
Al ayudar a unas personas a vender discos piratas cayó una redada y fue cuando los policías empezaron a decir que ellas los habían intentado secuestrar y que, aunque les habían dado dinero para que no lo hicieran, fueron acusadas falsamente de esto.
Uno se pone a pensar ¿Cómo es que 2 señoras que, no tienen los recursos de otras personas y la educación suficiente, planean secuestrar a unos policías? y ¿Cómo es posible que el juez les diera condena de pena de 21 años en prisión a pesar de que no había pruebas, solo los testimonios? Pues es así como funciona la justicia en México. No se investiga nada y cada quien ve por su bien sin importar lo que le pase a las demás personas.
Se supone que nuestro país hay libertad, libertad de expresión, justicia, igualdad, etc. pero en este caso, y en muchos otros no es así. Una persona no confía en lo que el sistema judicial haga, más bien solo somos pesimistas y todos estamos conscientes de que nunca va a cambiar pero tampoco hacemos algo para impedirlo. Y si una persona propone una huelga para que nuestro sistema judicial sea “mejor”, siempre habrá uno que no le parezca la idea y siga de acuerdo con la corrupción en nuestro país.
A pesar de que la mayoría de los mexicanos queremos que nuestro país este en mejores condiciones, no narcotráfico, no corrupción, etc. esto va a demorar ya que siempre hay al menos una persona que esté de acuerdo con estos problemas para ver sus propios intereses. Es por eso que si queremos que México cambie, debemos empezar por nosotros mismos para después ver los demás.
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